Iguazú: Cataratas Brasileñas

Hoy ha sido nuestro último día en Iguazú, teníamos el vuelo a Buenos Aires a las 21.20, por lo que hemos podido aprovechar el día. La noche anterior habíamos cerrado con un conductor el trayecto hasta Brasil, para ver las cataratas desde el lado brasileño y para que luego nos llevase hasta el aeropuerto. Quedamos con él a las 10 de la mañana,y estábamos entrando al parque a las 11. Durante el camino pasamos la frontera, es decir, nuevo sello en nuestro pasaporte.
Las cataratas de Iguazú, en el lado brasileño, son bastante menos extensas que las del lado argentino, por lo que durante una mañana se puede ver sin grandes complicaciones de tiempo. Una guagua nos lleva desde la entrada del parque hasta el sitio donde empieza el pateo para ver los saltos que dan al río Iguazú. Más o menos hacemos el mismo camino que hicimos la tarde anterior en zodiac. Las vistas desde este lado son más espectaculares, ya que se ve toda la inmensidad de la Garganta del Diablo y de los otros saltos principales (Los Tres Mosqueteros y Los Dos Mosqueteros). Hay una pasarela que atraviesa el espacio que hay entre dos saltos. Se está tan cerca, que es imposible no acabar muy mojado. Aunque me la jugué con la cámara, el vídeo mereció la pena.



Después de la visita al parque, hemos vuelto al pueblo para almorzar allí y descansar en el hall del hotel hasta que tuvimos que ir para el aeropuerto. En Buenos Aires nos estaba esperando el transfer que habíamos contratado a través del hotel, y hemos llegado a Oscar a las 23.00. El Hotel parece sacado de una película, las habitaciones son muy minimalistas y no les falta de nada.
Iguazú nos ha gustado mucho, el Parque Nacional de las Cataratas es realmente impresionante, a pesar de no ser ninel más caudaloso ni el más alto. Para mí han sido las primeras cataratas que veo, por lo que no tengo mucho con lo que comparar. Sin embargo, para Caty y Valentín, que han estado en las de Niágara, les ha impactado bastante más que las canadienses.