Hoy me he levantando muy temprano para ir a correr. Hace buen tiempo y he aprovechado para salir a trotar por los alrededores del Parador. Buena carretera, aunque muy pocos metros llanos. Habíamos quedado para desayunar a las 9.15, así que llegué con el tiempo justo para ducharme y no llegar tarde. El desayuno en el Parador está bastante bien, muy recomendable la opción de alojamiento con desayuno, sobre todo porque si no desayunas aquí, lo más cercano es el aeropuerto.
Nos hemos puesto en marcha sobre las 10.30 de la mañana, sabiendo que era el día más duro que habíamos planeado. La primera parada ha sido en el Mirador de Isora y luego en el Mirador de Las Playas. Hemos disfrutado de unas vistas espectaculares de toda la zona sureste de la isla.
Después de estas paradas nos hemos dirigido hasta El Pinar y seguido hasta el Centro de Interpretación de El Julán. Hemos llegado casi a las 13.00, justo cuando cerraban, por lo que apenas hemos podido leer sobre los Bimbaches, nombre con el que se conoce a los aborígenes de la isla. Después de la visita hemos seguido nuestro camino hasta la Ermita de Nuestra Señora de los Reyes y, por un camino de tierra, hasta El Sabinar, donde hemos visto las sabinas, esos árboles que la fuerza del viento hacen que tengan formas peculiares. Es tan peculiar la imagen de las sabinas y la cercanía de una ermita que hemos visto una boda, ceremonia en la ermita y sesión de fotos con las sabinas.
Ya apretaba el hambre, por lo que hemos decidido ir a comer. Lo más cercano, el restaurante de El Pozo de la Salud. Hemos comido bastante bien, aunque han tardado un poco más de la cuenta en servirnos. Recomendable. Aquí, en el Pozo de la Salud, ya sobre las 17.30 de la tarde hemos presenciado la violencia del mar por este lado de la costa. Impresionante.
Después de las fotos nos hemos ido a ver Sabinosa, del que dicen que es el pueblo más pintoresco de la isla. No hay mucho que ver allí, sino las casas. Y luego hemos bajado hasta el Charco Azul, donde hemos seguido viendo la violencia del océano. El siguiente parada en el camino fue en Punta Grande, allí está el que era el Hotel más pequeño del mundo. Aquí, además de ver el tremendo oleaje que hacía, lo hemos sufrido en nuestras carnes, ya que, al querer acercarme tanto... me empapó una ola.
Ya con un cansancio importante, nos hemos dirigido al Parador, pasando por Valverde a comprar provisiones. Hemos llegado al Parador, nos hemos duchado y hemos bajado a tomar algo. Y así ha terminado nuestro primer día completo en El Hierro. Mucho coche, pero espectacular las vistas que hemos tenido. No sabría decir con lo que me quedo, pero puede que con la costa Noroeste, con su violento oleaje. También me ha encantado la carretera que lleva desde El Sabinar hasta El Pozo de la Salud. Una carretera que volveremos a pillar el martes, porque no nos ha dado tiempo de ver el Faro de Orchilla.
1 comentario:
la verdad es que el hotelito a si visto da un poco de yuyu...
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