El Hierro is over

Hoy ha sido nuestro último día del viaje a El Hierro. Como decía en la anterior entrada, la familia de María tenía el vuelo muy temprano, a las 8.40, por lo que hemos tenido que madrugar para llevarlos al aeropuerto. En el Parador nos abrieron la cocina antes de tiempo para que pudiéramos desayunar. Se han portado genial durante toda la estancia, para repetir.
Después de dejarlos en el aeropuerto, habíamos planeado ir a ver el Faro de Orchilla, que nos había quedado pendiente, visitar el famoso campanario de Frontera y volver al aeropuerto para nuestro vuelo que estaba programado a las 16.15.
El trayecto hasta el Faro fue largo, casi hora y media de coche para llegar al punto más occidental de España. Los últimos kilómetros del trayecto se hacen por una carretera de tierra. Después de hacer un par de fotos y de divisar, desde allí, el pequeño Monumento al Meridiano Cero, nos hemos dirigido hacia la playa del Verodal. El Monumento al Meridiano Cero se construyó para recordar el que fue el primer meridiano del globo terráqueo.
Después del Faro y antes de ir a El Verodal, hemos bajado hasta un pequeño muelle que hay en Orchilla. La Playa del Verodal es la playa más grande de toda la isla. Se llega también a través de una carretera de tierra, y tiene la peculiaridad de que su arena es de tono rojizo. La verdad que el oleaje y las corrientes no invitan mucho al baño, pero es una playa bastante peculiar.

Ya pasado el mediodía nos hemos ido en dirección a Frontera, para ver el campanario y almorzar por allí. La Iglesia de La Candelaria tiene su campanario en lo alto de la montaña, proporcionando una imagen muy curiosa que yo no había visto antes. La iglesia en faldas de la montaña y su campanario, separada de la iglesia en sí, en lo alto. Después de las fotos de rigor hemos buscado un sitio para almorzar. Aprovechando las recomendaciones que nos habían dado en la oficina de turismo que hay en el aeropuerto, hemos comido en el "Din Don 2". No ha estado mal, aunque las lapas fueron mejores las de La Restinga.


Antes de bajar hasta el aeropuerto nos ha dado tiempo de una pequeña parada en Punta Grande, puede que el lugar que más me haya gustado, aunque es difícil quedarse con un solo sitio. Allí tuve la sensación que podría estar horas y horas mirando las olas romper en la costa.
Se acabó nuestro puente del Pilar. Lo hemos pasado muy bien y la isla nos ha encantado. Ahora a volver a la realidad durante 10 días porque luego tenemos nuestro ansiado viaje: Argentina. A la familia de María ya no la volvemos a ver hasta Navidades, cuando vayamos a pasar Nochebuena y Fin de Año. Seguro que se nos pasa rápido.
PD: Feliz día del Pilar para todas las Pilares!!!!!