Pues eso, he tardado un poco más de la cuenta porque llevo una semana a tope con la Universidad y el trabajo. Me quedaban dos entradas en las que subir fotos. Las dos entradas eran las del Minitrekking en el Perito Moreno y la de la Escalada en hielo, por el Glaciar Viedma.
Poco más que contar durante esta semana que estamos pasando. Mucho trabajo y muchas actividades pendientes de la Universidad. María sigue avanzando con su oposición y parece que la cosa marcha. El fin de semana que se acerca se presenta tranquilo, aunque el sábado por la noche hemos quedado para un Tuppersex. Prometemos crónica y fotos del evento.
Dejo un vídeo de una canción de Calle 13 que me gusta mucho y que he escuchado varias veces esta semana. El videoclip también me encanta. Una canción de amor al más puro estilo urbano alternativo.
Ya estamos en casa, después de 23 días fuera de ella, hemos llegado, hechos polvo, pero sanos y salvos.
Habíamos salido del hotel en Buenos Aires sobre las 18.00 de ayer sábado. El trayecto hasta el aeropuerto internacional de Ezeiza duró poco más de 45 minutos. Allí facturamos las maletas, pasamos los diversos controles y a esperar la salida del avión prevista para las 22.00. Salimos con apenas 15 minutos de retraso y aterrizamos en Madrid, después de poco más de 11 horas de vuelo, a las 13.30.
Hemos pasado la tarde en el aeropuerto, buscando una tele para ver el final del campeonato de Fórmula 1 y leyendo revistas y periódicos. A las 19.00 ha salido nuestro vuelo para Gran Canaria, aterrizando a las 21.00. Allí estaban nuestros padres y la familia de Valentín para recibirnos. Hemos venido en taxi a casa y ahora nos vamos a dormir, ya mañana tocará deshacer maletas y preparar todo para la vuelta a la cruda realidad.
Nos ha encantado Argentina, ha sido un viaje espectacular, con muchos contrastes y donde hemos vivido muchísimas experiencias. Han sido 21 días inolvidables. Durante la semana iré actualizando las entradas que tienen pendientes las fotos.
PD: Muchas gracias a todos los que han seguido el blog durante el viaje, espero que hayan disfrutado, al menos un 5% de lo que lo hemos hecho nosotros. Gracias a María por tenerlo todo controlado, no se nos ha escapado nada, y gracias a Caty y a Valentín por haber sido partícipes en todo para que este viaje haya sido genial.
Hoy ha sido nuestro último día en Buenos Aires. El avión de vuelta hasta Madrid no era hasta las 22.00, por lo que nos ha dado tiempo de pasar más de medio día paseando por la ciudad. Nos hemos levantado un poco más tarde, hemos hecho las maletas y hemos abandonado el hotel a eso de las 10 de la mañana. Nos hemos despedido del personal de Room Mate, que nos han tratado de maravilla y nos han hecho que la estancia en Buenos Aires haya sido aún mejor. Además, la habitación que hemos tenido ha sido la mejor de todo el viaje.
Después de desayunar, quisimos volver a Caminito, nos gustó mucho el primer día y quisimos pasar otra vez por allí. Al ser sábado, mucho menos tráfico en la carretera, pero muchos más turistas en la zona. Aprovechamos para pasear y ver los puestos de artesanía que se montan, con artículos hechos todos a mano. Nos ha encantado esta zona.
Después de Caminito nos fuimos a otro de lo sitios que nos habían gustado mucho, la plaza Dorrego en el barrio de San Telmo. Tomar allí una cerveza sentado en una terraza, un sábado a mediodía y con la gente bailando tango en la plaza nos ha envuelto en una sensación maravillosa y nos ha hecho recapacitar sobre las fantásticas vacaciones que hemos pasado.
Para mediodía nos hemos ido caminando hasta la Plaza de Mayo y hemos recorrido la calle Florida buscando algunos detalles para traernos. A las 18.00 teníamos que estar en el hotel, ya que nuestro transfer nos pasaba a buscar para llevarnos al aeropuerto. De camino al hotel nos cruzamos con una carrera que había organizado Nike, "We run Buenos Aires". El evento, que congregaba a 17.000 personas, nos permitió poder volver a fotografiarnos en la Diagonal Roque Sáenz con nada de tráfico, con el Obelisco de fondo, como nuestro primer día en Buenos Aires, el pasado 27 de Octubre.
Hoy nos ha tocado conocer otro Buenos Aires, los barrios más "nuevos" de la ciudad, zonas de amplias avenidas y grandes parques que se alejan del Buenos Aires antiguo y bohemio que hemos estado viendo. Después de desayunar y de intentar cambiar dinero en algunos bancos de la zona (sin poder hacerlo), hemos cogido el metro hasta Recoleta. Recoleta es una zona acomodada donde los porteños (habitantes de Buenos Aires) más ricos se establecieron después de la epidemia de fiebre amarilla de 1871 y que los hizo huir de zonas como San Telmo. Dos visitas obligadas teníamos en la zona, El Ateneo y el cementerio de La Recoleta. El Ateneo es una librería que está ubicada en un antiguo cine y teatro por cuyas tablas pasó Carlos Gardel. Las estanterías cubren el espacio de la platea, mientras que en el escenario sirven café. Nos ha encantado el ambiente que se respiraba en la librería. En el cementerio de La Recoleta descansan los personajes más importantes de la ciudad, aunque el atractivo es que el terreno que ocupa es un laberinto de calles estrechas bordeadas por estatuas de mármol y mausoleos decorativos. Nos hemos acercado a la "tumba" de Eva Perón y de algunos presidentes importantes en la historia de Buenos Aires.
Aprovechamos el buen tiempo y la gran cantidad de terrazas que había por la zona para almorzar tranquilamente y seguir nuestro camino hasta Palermo, el siguiente barrio que nos tocaba ver. Aquí hay muchos parques, bastante grandes y el aspecto de la ciudad es mucho más europeo, más parecido a ciudades como Barcelona. El Palermo teníamos una parada obligada en el Museo de Eva Perón, al que le hemos dedicado un par de horas. Nos ha gustado y hemos conocido algo más de los peronistas, seguidores del general y de la primera dama y que han estado presentes en la historia argentina desde entonces.
Después del museo nos hemos acercado a la zona de Palermo Viejo, una zona más pija con muchas tiendas y bares para tomar algo. Allí hemos estado hasta las 21.00 tomando algunas copas. Salimos y pillamos un taxi directos al hotel, cenamos algo suave por la zona y a hacer la maleta, que mañana es nuestro último día. Ya se acaba nuestro viaje. Que pena.
Hoy hemos vuelto a salir a las 9.00 de la mañana del hotel. Para el desayuno hemos hecho caso al consejo que nos dio Diana (del hotel) el día anterior y ha estado bastante bien. Aprovechando las fuerzas del desayuno hemos ido caminando hasta la Plaza del Congreso. Durante el paseo hemos visto un par de parques con poca gente, pero con muchos perros... nos ha llamado la atención.
Hemos pillado un taxi para ir hacia San Telmo, un barrio que fue, anteriormente, poblado por aristócratas españoles, pero que sufrió un importante deterioro tras la epidemia de fiebre amarilla de 1871. Por este motivo, huyó la alta sociedad y llegaron muchos inmigrantes italianos que convirtieron San Telmo en un lugar antiguo y bohemio. Por el día, las calles están llenas de obreros y turistas visitando tiendas de antigüedades y por la noche aparecen los numerosos clubes de tango. Hemos visitado el Mercado de San Telmo y nos hemos sentado a tomar una cerveza en la Plaza Dorrego viendo los puestos de artesanos y a varias parejas bailando tango.
Ya cerca de mediodía nos hemos dirigido caminando hasta la Plaza de Mayo, ya que sobre las 3 de la tarde se produce la vigilia de las Madres de la plaza de Mayo. Desde 1977 las Madres se manifiestan contra el secuestro, la tortura y la ejecución de hasta 30000 personas durante la Guerra Sucia. Las Madres, que se distinguen por sus pañuelos blancos, fundaron una organización dedicada a la localización de los desaparecidos y la coordinación de marchas para exigir justicia. La verdad que fue bastante emotivo.
Después de la marcha hemos ido al Café Tortoni, que estaba bastante cerca, y que es el más antiguo del país. Es enorme y se nota la historia en su interior. Después del café hemos dado una vuelta por la supercomercial Calle Florida y hemos ido al hotel a descansar un poco.
Para la noche habíamos reservado para ir a ver un espectáculo de tango. Hicimos caso a la pareja bonaerense que conocimos en Ushuaia y reservamos en Homero Manzi. Nos gustó mucho. Nos vinieron a buscar al hotel, cenamos durante la velada y vimos el espectáculo. Es verdad que es algo que hay que hacer, pero también que me pareció más auténtico el que hacen en la calle. Al finalizar el show nos llevan hasta el hotel y a dormir, que nos quedan pocos días.
Hoy nos hemos levantado un poco más tarde de lo habitual, la etapa madrugadora patagónica había terminado. Salimos del hotel cerca de las 10.00 y fuimos a buscar un sitio para desayunar. No nos costó mucho, ya que estamos bastante céntricos.
Hoy teníamos la mañana destinada a visitar el barrio de La Boca, un barrio cuyo nombre alude a su ubicación, en la boca del riachuelo. Los inmigrantes italianos de clase trabajadora se establecieron aquí y dejaron como legado el color de las casas, que fueron pintadas con la pintura que '"tomaron prestada" de los barcos. Con esos colores crearon una vibrante zona conocida como el Caminito. Además, y junto a sus vecinos españoles, africanos y gauchos, inventaron el tango. Además, en esta zona se encuentra el estadio de Boca Juniors, conocida como La Bombonera.
Para ir a la zona cogimos, tomamos, un taxi que nos llevó hasta el comienzo de Caminito. Una vez allí lo recorrimos, viendo el color de sus calles, los puestos que se montan y la cantidad de turistas que hay. Desde allí, cruzamos algunas calles para llegar al estadio, donde entramos al museo y recorrimos los interiores del estadio.
Terminamos a la hora de comer e hicimos caso a una recomendación que nos hizo el taxista que nos trajo por la mañana. Fuimos hasta Puerto Madero a almorzar en "Siga la Vaca", no estuvo mal. Al finalizar recorrimos un poco de la zona y descansamos en una terraza tomando un café. Se nota que hace buen tiempo.
Después del café nos fuimos a la Reserva Ecológica Costanera Sur, un enorme espacio delimitado por el Río de La Plata a un lado y el paseo marítimo Costanera Sur al otro. Llegamos cerca del cierre de la reserva, por lo que no pudimos ver mucho, aunque nos dio tiempo de ver lo grande que era y la gran cantidad pájaros que hay en la zona.
Cerca ya de las 20.00 decidimos acercarnos al barrio de San Telmo para ir a la Plaza Dorrego, ya que decían que había artesanos tocando la guitarra y actuaciones de tango. No hubo suerte y nos metimos a tomar algunas cervezas en el Bar Plaza Dorrego, aún, uno de los bares más auténticos de Buenos Aires.
Hemos llegado al hotel cerca de las 22.00, así que nos dará tiempo de descansar lo suficiente para poder seguir mañana con nuestra ruta. Mañana es jueves, por lo que tenemos una cita con las madres de la Plaza de Mayo, con San Telmo, las milongas y el tango.
La navegación era para las 9.30, aunque nos habían pedido la tarde anterior que estuviéramos sobre las 9.00. Las calles amanecieron con los restos de la nevada de la noche anterior, pero el día parecía despejado. Salimos de puerto por el Canal Beagle, en dirección a un pequeño islote para poder ver leones marinos. Para verlos, el capitán de la embarcación se acercaba lo máximo posible al islote y así podíamos ver, sacar fotos, etc. El frío y el viento era considerable, por lo que mantenerse más de cinco minutos a la intemperie era más que complicado. Aunque en la isla predominaban los leones marinos, durante toda la excursión hemos podido ver diferentes especies típicas de esta zona tan austral. Impresionante el albatros de cejas negras. Aunque su aspecto es muy similar al de una gaviota, su envergadura es impactante.
Seguimos por el Beagle, con el mar cada vez peor, parando en otro islote y continuamos hasta el Faro Les Esclaireurs, el mal llamado, por unos pocos, el faro del fin del mundo. Después de fotografiar el faro, navegamos y desembarcamos en las islas Bridges, donde hicimos una pequeña caminata para que la guía explicara algunas cosas sobre los yámanas. Bueno, hicieron, porque María y yo no pudimos con el frío que hacía y nos volvimos al barco. Allí estuvimos hablando con el capitán y el marinero de la embarcación y nos enseñaron fotos de la diferente fauna que se puede encontrar en el canal.
Después de la caminata, tocaba regresar a puerto, al que llegamos sobre las 13.30. Hubo bastante gente que se mareó, las condiciones del mar no eran las mejores, pero aún así, para nosotros lo peor fue el frío que pasamos en algunos momentos. Buscamos un sitio para almorzar con muy poca suerte, ya que hoy ha sido el peor almuerzo de todo el viaje, tanto en el trato recibido como en la calidad de la comida. Ya después de comer, chocolate caliente en una confitería y paseo por la avenida principal de la ciudad para comprar algunos detalles. A las 18.30 salimos hacia el aeropuerto, y hemos volado hasta Buenos Aires para llegar sobre las 23.00. Ahora estamos en el hotel en el que vamos a pasar las últimas 3 noches de nuestro viaje, el mismo en el que estuvimos hace 2 semanas. A ver lo que nos depara Buenos Aires, porque el resto del país ha sido alucinante.
Nos decía Walter, nuestro guía durante la excursión de los 4x4, que en Ushuaia hay 2 estaciones; el invierno y la estación del fin del mundo. Pues hoy lo hemos podido comprobar, ya que a mitad de la primavera nos ha caído una nevada de impresión. Para hoy teníamos planeado la visita al Parque Nacional de la Tierra del Fuego por la mañana y la navegación por el Canal Beagle por la tarde. Nos pasó a recoger por las cabañas, Frasco, el que ha sido nuestro guía durante la visita al Parque Nacional. Quedamos con él a las 10 y nos fuimos hacia la zona Oeste de la ciudad. Una vez que ingresamos en el parque (65 pesos de entrada) nuestra primera parada fue en Puerto Guaraní, en la Ensenada Zaratiegui. Allí vimos la unidad postal más austral del mundo (estaba cerrada) e hicimos un pequeño pateo por la costa para ver un pequeño bosque y terminar en una playita. Allí Frasco nos habló sobre los yámanas, población que ocupaba la zona antes de la llegada del hombre blanco.
El tiempo durante la mañana fue muy inestable, viento, frío, llovizna, calor... tuvimos todas las variantes posibles. La siguiente parada fue en el Lago Roca, y seguidamente nos fuimos hasta la Bahía Lapataia, donde se encuentra el final de la Ruta Nacional 3, que parte de Buenos Aires y que es parte de la famosa Ruta Panamericana que nace en Alaska. Vamos, que estuvimos en el punto más austral al que se puede llegar sobre ruedas.
Aquí caminamos un poco hasta un mirador, que fue el lugar escogido para almorzar. Frasco trajo nuestro almuerzo, unos bocadillos aderezados con vino, un malbec de 2010, un vino del que ya podemos decir que ha sido el vino del viaje (Postales del Fin del Mundo). Allí estábamos protegidos del viento, por lo que el almuerzo estuvo bastante bien.
Tan bien que se nos pasó un poco la hora y tuvimos que salir corriendo, ya que teníamos la navegación para las 15.00. Llegamos al puerto sobre las 14.40, después de ver, durante el camino, como empezaba a caer aguanieve y soplar el viento de una manera considerable. Al ir a retirar las tarjetas de embarque, nos dijeron que el mar estaba muy malo y que nos recomendaban cambiar la navegación para el día siguiente. Dado que no nos venía mal, aceptamos y aprovechamos la tarde para ir a visitar el antiguo Presidio, la cárcel que fue la precursora de la creación de la ciudad. El museo está bien, te cuentan la historia de la ciudad, los distintos procesos por los que ha pasado durante la historia. Bastante interesante. Incluso hay una réplica a escala 1:1 del que Julio Verne "malconsideró" el faro del fin del mundo. Viendo esa réplica fue cuando nos dimos cuenta que ... estaba nevando!!!!!!!
Salimos del Museo en plena nevada y caminamos en busca de un supermercado para comprar comida para cocinar en las cabañas y pasar la noche allí, sin tener que salir para cenar. Ya en la cabaña, Valentín se curró una cena a base de pasta, bebimos vino, degustamos las cervezas artesanales que habíamos comprado en San Martín, y observamos desde la ventana la copiosa nevada que estaba cayendo. Un gran colofón para un día divertidísimo.
Hoy tocaba excursión en 4x4 por los lagos Escondido y Fangnano, aquí en Ushuaia, con la empresa Canal Fun. Ha sido divertidísimo, vaya sitios por los que nos han metido, una risa. Me recordó a las excursiones en todoterreno que hacíamos con mi tío Lalo y los amigos, que nos metíamos por los barrizales, por los ríos y por las dunas, a veces se nos quedaban los coches atascados, y esas cosas, jeje. En nuestro 4x4 íbamos nosotros 4, dos parejas argentinas y el guía, Walter, un risa, se pasó todo el tiempo charlando y soltando bromas, nos reímos muchísimo con él. Después de un rato de carretera y de parar en un mirador, nos metimos en una carretera de ripio que nos llevó hasta la orilla del lago Fangnano.
A ratos incluso nos metimos por dentro del lago, y el resto del rato fuimos por una carretera de ripio llena de barro, agua y baches, vaya saltos que daba el coche, parecía que íbamos en una atracción de feria. Yo me lo pasé bomba dando brincos. Eso sí, cuando te bajabas del coche hacía un frío de la leche, cinco grados o así.
Sobre las 12.30 llegamos al refugio y allí nos tenían preparada la mesa, papas, queso, aceitunas y lo mejor: un buen vino, el mismo que tomamos en Puerto Pirámides (Postales del Mundo, un malbec). Allí se pusieron a hacer chorizo y carne. Comimos y bebimos cuanto quisimos, lo pasamos genial charlando con la pareja argentina que se sentó a nuestro lado, y con otra pareja de españoles. De postre, brownie.
Y ya de vuelta. El camino para volver fue la primera parte de ripio, con baches y barro, pero ya sin meternos en el lago. Y luego ya llegamos a la carretera y antes de las 4 ya estábamos de vuelta en las cabañas. Y aqui estamos, descansando a ver si salimos luego un rato a pasear por la ciudad, si el frío nos lo permite, jeje. En fin, que hemos pasado un día muy chulo, nos hemos reído un montón y hemos disfrutado de una excursión "poco convencional" totalmente recomendable.
PD: El refugio donde hemos almorzado estaba en medio de un pequeño bosque a las orillas del lago. Pues terminando la comida hemos tenido la visita inesperada de un pequeño huésped.
Hoy tocaba día de desplazamiento. Cuando organizamos el viaje, siempre intentamos que el día de desplazamiento sea completo para ello, sin nada planeado. Eso no quita que, si las circunstancias lo permiten, hagamos alguna visita, excursión, etc. Hoy, lo que hemos hecho, que no estaba planeado fue comernos nuestro primer cordero patagónico.
Nuestro bus desde El Chaltén hasta El Calafate salía a las 7.30 de la mañana, madrugón al canto y 3 horas hasta el destino con una parada de 10 minutos en medio de la nada.
A la llegada nos fuimos a entregar la ropa que habíamos alquilado para los días de frío, viento y hielo. Dejamos las maletas en la estación y nos fuimos hasta La Barraca, que es el establecimiento donde alquilamos la ropa. Esto del alquiler es un punto para nosotros, ya que nuestro clima nos hace que no tengamos ropa para climas extremos, y la solución del alquiler nos vino que ni pintado. Nos asesoraron y nos dieron las mejores opciones para lo que íbamos a hacer. Muy buen trato en La Barraca, sí señor.
Llovía sobre El Calafate, por lo que nos metimos en una cafetería a desayunar, por segunda vez, y estuvimos allí un par de horas con la wifi. En Argentina hay wifi en todos los lados, por supuesto que gratis. Es verdad que la conexión, la mayoría de las veces es bastante lenta, pero hay, no como en España. Como no paraba de llover, salimos de la cafetería y nos fuimos directos a almorzar. En El Chaltén nos habíamos dicho que el mejor cordero patogónico lo servían en La Tablita, allí en El Calafate. Nos ha gustado a todos mucho, aunque tampoco nos ha parecido que haya una gran diferencia con los corderos que se cocinan en nuestro país. Sin embargo, cuando hablamos de ternera, sí que nos ha parecido que hay una enorme diferencia.
Hemos llegado a Ushuaia sobre las 20.00, con 5 grados, y con previsión de nevadas para los próximos días. Parece que vamos a pasar frío en el fin del mundo. A tan solo 1000 kms. de la Antártida, lo que nos hubiera parecido extraño es que no pasásemos frío.
Después de la paliza de ayer, hoy tocaba otra más. La idea era la de hacer el trekking de La Laguna de los Tres, un pateo que nos llevaría desde la Hostería El Pilar hasta la Laguna de los Tres (al pie del Fitz Roy) y vuelta hasta El Chaltén, pasando por Laguna Capri. El Fitz Roy es el Cerro (monte) que da fama y nombre a este pueblo. El nombre Chaltén proviene del ahonikenk y significa montaña humeante, debido a las nubes que casi constantemente coronan su cima, lo que unido a su nombre ancestral ha llevado a creer, erróneamente, que se trataba de un volcán. Al estar mucho tiempo cubierto de nubes, mucha gente que viene no consigue verlo. Nosotros no hemos podido verlo hoy, aunque llevábamos dos días disfrutando de sus vistas. A pesar de ser un monte de altura media (algo más de 3400 metros), la montaña tiene la reputación de ser de dificultad extrema, ya que tiene enormes extensiones de lajas casi verticales de granito, pulidas y resbaladizas sobre las que baten constantemente vientos fuertes. Vamos, que muy complicado hacer cumbre.
El día amaneció para morirse, lluvia durante casi toda la noche, viento sin parar y la montaña cubierta de nubes. Tanto Valentín como yo (hoy no venían Caty y María) estábamos convencidos de que no saldríamos, pero no fue así. Empezó a aclarar sobre las 8 de la mañana y, cuando vinieron a buscarnos nos dijeron que el pronóstico para el mediodía era bueno. Así que para dentro del minibus.
Este minibus nos llevó desde el pueblo hasta la hostería, a unos 17 kms. y punto de partida del trekking. Nuestro guía fue Emiliano, genial todo el día con él. Desde la hostería caminamos 2 horas atravesando un bosque espectacular de lengas. Intentamos buscar ejemplares del peor enemigo de este bosque, el pájaro carpintero, pero no hubo suerte. Llegamos al campamento Río Blanco, base de los escaladores que se atreven a desafiar las moles graníticas como el Fitz Roy, Saint Exupéry, Poincenot, Mermoz o Guillaumet.
Tras una hora en ascenso con un desnivel de 400 metros se llega a la Laguna de los Tres. Al alcanzar el punto máximo del sendero, sobre la morena, se puede ver (nosotros no pudimos) la majestuosa figura del Fitz Roy, el Glaciar de Los Tres y su laguna que bañan los pies de esta impresionante montaña de granito. La subida fue bastante dura por el frío y el viento, pero llegar y ver la laguna cubierta de nieve fue espectacular. Bordeando la Laguna de Los Tres nos dirigimos al mirador de la Laguna Sucia y el Glaciar del mismo nombre. Fue aquí donde paramos para almorzar, con la laguna sucia enfrente y viendo algún que otro pequeño alud del glaciar... simplemente alucinante.
El regreso lo hicimos por la Laguna Capri, parando allí para tomar un té que tenía Emiliano preparado en su súper mochila, y desde allí hasta El Chaltén, después de casi 7 horas de travesía y más de 20 kms. sobre las piernas. Ya llegando a El Chaltén, pudimos ver un cóndor, más o menos típicos por la zona. Una pena que hoy no llevase la réflex.
Caty y María han hecho, bueno, mejor que lo cuente ella: "Pues nosotras, aunque nos hemos levantado con los chicos, hemos estado en la posada hasta las diez o así, que hemos ido al centro de visitantes a preguntar por el pateo al Chorrillo del Salto, que ya lo había estado yo mirando cuando organizamos el viaje. Nos explicaron cómo ir y nos dijeron que se tardaba como una hora en llegar. Y allá que nos fuimos. El camino de ida fue casi todo el rato con el viento de frente, un poco rollo, pero bueno, así vivimos lo que era el famoso viento de El Chaltén. El sitio nos encantó, con una cascada preciosa, el río y muchas piedras que dieron mucho juego para las fotos, jeje. Después de un buen rato saltando por las piedras y haciéndonos fotos, nos volvimos. Comimos en una waflería de camino a la Posada, genial como siempre. Y aquí nos quedamos, descansando y esperando a los chicos. Un pateo muy guapo, la verdad, nos gustó mucho."
Hoy para mí ha sido el mejor día del viaje. Hemos hecho escalada en hielo, en el glaciar Viedma, y ha sido impresionante, una pasada, me ha encantado. Nos tuvimos que levantar temprano para estar listos a las 8. Nacho, nuestro guía de Fitz Roy Expediciones, nos esperaba en las oficinas de Patagonia Aventura con un minibus que nos llevó al lago Viedma, donde cogimos un barquito que nos llevó hasta la bahía de los témpanos, donde desembarcamos. El glaciar Viedma es el más extenso de Argentina, aunque a la vista es menos espectacular que el Perito Moreno, ya que el frente es más estrecho. Lo que sí notamos es que era más abrupto. Una vez que desembarcamos, Nacho nos llevó a ponernos los arneses y un poco más adelante, nos pusimos los crampones para entrar en el glaciar. Íbamos nosotros 4 solos con él, lo cual contribuyó a lo bien que lo pasamos, ya que él se adaptó a todo lo que le pedimos. Se portó genial y nos contó un móntón de cosas interesantes. Se notaba que disfrutaba con su trabajo y ese entusiasmo se transmite.
Una vez dentro del glaciar estuvimos andando buscando una buena pared para empezar a escalar. En el hielo hay una ventaja respecto a la roca. Pared que te gusta, pared que puedes escalar, pues se trata de ir poniendo los tornillos donde vayas viendo. No es como en la roca, que vas a las vías que ya están abiertas (al menos al nivel que yo me muevo, claro). Fuimos a una pared que él ya tenía fichada de haber hecho trekking por allí. Para llegar a ella tuvimos que pasar una pequeña parte rapelando porque estaba entre medio de unas grietas. Cuando llegamos, Nacho nos explicó cómo se ponen los tornillos y cómo se asegura la cuerda desde arriba con tres tornillos y una correa entre ellos, a la que se engancha el mosquetón donde ya va la cuerda. Luego él subió por detrás para colocar la cuerda y empezamos a escalar. A mí me tocó la primera. Para escalar en hielo te ayudas de los piolets. Llevas uno en cada mano. Primero clavas un piolet y luego el otro. Entonces subes un pie, clavando la parte delantera del crampón primero, en perpendicular a la pared, y bajando el talón depués. Y por último subes el otro pie. Así vas subiendo, poco a poco, piolet, piolet, crampón, crampón. Al principio todo te parece un poco complicado pero en cuanto le coges el truco es una pasada. Yo flipé. Y eso que me resbalé un montón de veces porque, si bien los piolets cuando se clavan se quedan prácticamente fijos y hasta cuesta sacarlos luego, los crampones cuesta bastante clavarlos bien y que se te queden fijos. Pero bueno, siempre vas asegurada así que no hay problema. Si te resbalas te vuelves a enganchar y ya está. Yo disfruté como una enana, fue genial.
Después de mí subió Caty. A ella no le gustó tanto, pero bueno, es una experiencia que se queda ahí. Valen y Jose fueron después y les encantó, aunque ninguno estaba al 100%, Valen un poco acatarrado y Jose con molestias aún en la muñeca. Yo repetí, y la segunda vez me gustó aún más que la primera, fui subiendo bastante bien, pegando el cuerpo a la pared, resbalando un poco menos, clavando mejor los piolets... Vamos, que flipé. Depués, Nacho me pidió que le asegurara mientras él subía. Me costó un poco, sobre todo por el frío, pero también me encantó hacerlo. En fin, toda una experiencia.
La segunda pared que escalamos era de hielo más blando así que pudimos clavar mejor los piolets y los crampones. También nos gustó mucho y todos repetimos, menos Caty. Ya tocaba ir a comer pero le pedimos a Nacho si podíamos seguir escalando, y ya comer más tarde y nos dijo que sin problema. Fuimos a una pared sencillita, donde había estado un grupo y había ya tornillos clavados, así tardábamos menos en montarlo todo. Esta la subimos una vez cada uno, pues no teníamos mucho tiempo si queríamos caminar un poco por el glaciar. También esta subida me gustó mucho y la disfruté, una pena que fuera la última, me habría quedado allí mil horas más, aunque mis bracitos y mis piernas estaban ya bastante agotados después de cinco subidas. Menos mal que la última fue la más sencilla, jeje.
Una vez que recogimos todo, nos fuimos a caminar por el glaciar. No estuvimos mucho rato pero Nacho nos llevó a un mirador muy chulo y pudimos ver unos paisajes impresionantes. A mitad del camino nos paramos y Nacho nos invitó a una copita de baileys con hielo del glaciar, que nos tomamos mientras admirábamos las vistas. ¡Una pasada! Nos encantó.
Luego ya fuimos de vuelta, nos quitamos los crampones al salir del glaciar y ya en la carpa nos quitamos los arneses y comimos los 5 juntos. A las 4.15 nos recogía el barco y llegamos justitos. La vuelta la hicimos en bus y nos dejaron en la posada. Estábamos todos agotados así que nos hemos venido a descansar a la habitación. Mañana Caty y yo no tenemos planes, pero Jose y Valen harán la ruta de la Laguna de los Tres, con un guía. A ver si les hace un día tan extraordinario como el de hoy, aunque según nos han comentado, eso será difícil porque hoy ha hecho el mejor día de toda la temporada. ¡Hemos tenido mucha suerte!
Y nada más, bueno, repito lo dicho, para mí ha sido el mejor día del viaje, he disfrutado muchísimo, ha sido una experiencia que no voy a olvidar, impresionante, una pasada, para repetir sin dudarlo. Gracias Jose, porque si tú no te hubieras empeñado en venir al Chaltén no habríamos escalado en el Viedma.
PD: Jose ha actualizado las entradas de Península Valdés con las fotos. Nos está costando subir las fotos porque aunque hay wi-fi en casi todas partes, la velocidad es baja y se tarda mucho en subir fotos. Pero poco a poco iremos subiéndolas todas.
Este blog pretendía ser un almacén de información de los aspectos que conformarían nuestra boda. Durante la luna de miel sería la forma de comunicarnos con los nuestros en "tiempo real"...
Esta fue nuestra idea inicial, pero una vez que todo ha pasado, hemos decidido continuar con el blog. Ahora será algo más personal, contaremos nuestras vivencias ya casados, nuestras inquietudes, nuestras opiniones. Hablaremos de todo un poco y contaremos de todo un poco... ¡Esperamos que os siga gustando!