Nos decía Walter, nuestro guía durante la excursión de los 4x4, que en Ushuaia hay 2 estaciones; el invierno y la estación del fin del mundo. Pues hoy lo hemos podido comprobar, ya que a mitad de la primavera nos ha caído una nevada de impresión.
Para hoy teníamos planeado la visita al Parque Nacional de la Tierra del Fuego por la mañana y la navegación por el Canal Beagle por la tarde. Nos pasó a recoger por las cabañas, Frasco, el que ha sido nuestro guía durante la visita al Parque Nacional. Quedamos con él a las 10 y nos fuimos hacia la zona Oeste de la ciudad. Una vez que ingresamos en el parque (65 pesos de entrada) nuestra primera parada fue en Puerto Guaraní, en la Ensenada Zaratiegui. Allí vimos la unidad postal más austral del mundo (estaba cerrada) e hicimos un pequeño pateo por la costa para ver un pequeño bosque y terminar en una playita. Allí Frasco nos habló sobre los yámanas, población que ocupaba la zona antes de la llegada del hombre blanco.
El tiempo durante la mañana fue muy inestable, viento, frío, llovizna, calor... tuvimos todas las variantes posibles. La siguiente parada fue en el Lago Roca, y seguidamente nos fuimos hasta la Bahía Lapataia, donde se encuentra el final de la Ruta Nacional 3, que parte de Buenos Aires y que es parte de la famosa Ruta Panamericana que nace en Alaska. Vamos, que estuvimos en el punto más austral al que se puede llegar sobre ruedas.
Aquí caminamos un poco hasta un mirador, que fue el lugar escogido para almorzar. Frasco trajo nuestro almuerzo, unos bocadillos aderezados con vino, un malbec de 2010, un vino del que ya podemos decir que ha sido el vino del viaje (Postales del Fin del Mundo). Allí estábamos protegidos del viento, por lo que el almuerzo estuvo bastante bien.
Tan bien que se nos pasó un poco la hora y tuvimos que salir corriendo, ya que teníamos la navegación para las 15.00. Llegamos al puerto sobre las 14.40, después de ver, durante el camino, como empezaba a caer aguanieve y soplar el viento de una manera considerable. Al ir a retirar las tarjetas de embarque, nos dijeron que el mar estaba muy malo y que nos recomendaban cambiar la navegación para el día siguiente. Dado que no nos venía mal, aceptamos y aprovechamos la tarde para ir a visitar el antiguo Presidio, la cárcel que fue la precursora de la creación de la ciudad.
El museo está bien, te cuentan la historia de la ciudad, los distintos procesos por los que ha pasado durante la historia. Bastante interesante. Incluso hay una réplica a escala 1:1 del que Julio Verne "malconsideró" el faro del fin del mundo. Viendo esa réplica fue cuando nos dimos cuenta que ... estaba nevando!!!!!!!
Salimos del Museo en plena nevada y caminamos en busca de un supermercado para comprar comida para cocinar en las cabañas y pasar la noche allí, sin tener que salir para cenar. Ya en la cabaña, Valentín se curró una cena a base de pasta, bebimos vino, degustamos las cervezas artesanales que habíamos comprado en San Martín, y observamos desde la ventana la copiosa nevada que estaba cayendo. Un gran colofón para un día divertidísimo.
Para hoy teníamos planeado la visita al Parque Nacional de la Tierra del Fuego por la mañana y la navegación por el Canal Beagle por la tarde. Nos pasó a recoger por las cabañas, Frasco, el que ha sido nuestro guía durante la visita al Parque Nacional. Quedamos con él a las 10 y nos fuimos hacia la zona Oeste de la ciudad. Una vez que ingresamos en el parque (65 pesos de entrada) nuestra primera parada fue en Puerto Guaraní, en la Ensenada Zaratiegui. Allí vimos la unidad postal más austral del mundo (estaba cerrada) e hicimos un pequeño pateo por la costa para ver un pequeño bosque y terminar en una playita. Allí Frasco nos habló sobre los yámanas, población que ocupaba la zona antes de la llegada del hombre blanco.
El museo está bien, te cuentan la historia de la ciudad, los distintos procesos por los que ha pasado durante la historia. Bastante interesante. Incluso hay una réplica a escala 1:1 del que Julio Verne "malconsideró" el faro del fin del mundo. Viendo esa réplica fue cuando nos dimos cuenta que ... estaba nevando!!!!!!!
Salimos del Museo en plena nevada y caminamos en busca de un supermercado para comprar comida para cocinar en las cabañas y pasar la noche allí, sin tener que salir para cenar. Ya en la cabaña, Valentín se curró una cena a base de pasta, bebimos vino, degustamos las cervezas artesanales que habíamos comprado en San Martín, y observamos desde la ventana la copiosa nevada que estaba cayendo. Un gran colofón para un día divertidísimo.
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