lunes, 4 de abril de 2011

Primer finde de abril

Hemos pasado un fin de semana tranquilo. El sábado yo fui a escalar a Tamadaba, pero sin Jose al final, que se quedó en casa haciendo algunas cositas que tenía pendientes. Quedamos en el Auditorio Norbe, Diego, Nadia y yo. Esta vez Sonia no pudo venir porque estaba de viaje por trabajo, una pena porque la verdad es que el día fue impresionante. Me tocó conducir a mí, todo un estreno en carreteras de montaña. La última parte era por carriles y la verdad es que fui con mucho respetito, nunca había metido el coche por sitios así pero bueno, gracias a las indicaciones de Norbe salí airosa, que no es poco. La primera parte del día la echamos en el sector Perfumería (una ironía, ya que es la parte del antiguo vertedero y aún se nota). Subimos un par de quintos, comimos unos buenos bocatas comprados en Artenara y luego Norbe montó un rapel donde había que hacer maniobras para cambiarnos de una cuerda a otra. Usé por primera vez el "pico pato" y la verdad es que estuvo muy chula toda la maniobra.






Después nos fuimos al sector Gullich (llamado así en honor al alemán Wolfgang Güllich, "uno de los más grandes, hábiles y atrevidos escaladores de todos los tiempos") donde hicimos un quinto "a vista", es decir, sin ver a nadie escalándola antes. Aquí yo subí la primera así que tuve que poner las cintas express, no solo chaparlas, y me costó un poco. Cometí algunos errores que debo ir puliendo, y que me dejaron un poco chascada, pero bueno, no puedo quejarme porque estoy avanzando a buen ritmo. Luego Norbe nos enseñó el sector del Camino, muy chulo, y ya nos volvimos al coche. De allí fuimos hasta una zona preciosa, "El fin del mundo", con unas vistas impresionantes, donde nos tomamos un queque riquísimo que había hecho Diego, acompañado por un cafelito, cortesía de Nadia. Mejor imposible. Un final perfecto para un día estupendo.






Y ya el domingo lo pasamos de relax en casa, y por la tarde invitamos a merendar a Caty y Valentín, con la excusa de usar la nueva cafetera que le regaló mi madre a Jose por su santo, la Dolce Gusto. Descafeinado para Valen, Expresso para Jose, Chocolate para nosotras... Y galletitas. Así estuvimos viendo el partido de Nadal. Una pena que al final perdiera.

Y hoy lunes de nuevo... He ido al curso por la tarde y hemos estado haciendo maniobras y luego intentando una travesía en la parte desplomada de la sala, que no nos ha salido pero bueno, no podemos quejarnos de los resultados.





No hay comentarios: