jueves, 21 de abril de 2011

Crónica del Maratón de Madrid (II)



Después de la media vienen unos 5 kms. tranquilos hasta la entrada a la Casa de Campo en el km. 26. Aquí empieza lo duro, 6 kms. dentro de la Casa de Campo con menos gente animando se hacen verdaderamente duros a nivel psicológico. Los kms. pasan lentamente y empiezo a bajar un poco el ritmo, aunque unos segundos. Hay que empezar a hacer trabajar la cabeza, "tranquilo, cuando salga de aquí solo quedarán 13 kms.", "del 32 al 35 es bajada", "el muro es un cuento chino", hay que ver las cosas que uno es capaz de pensar para autoengañarse, pero funciona, la mente humana es maravillosa. Salimos de la Casa de Campo y ya soy consciente de que voy a terminar, que no haré 3h30, pero que tampoco haré 3h45, que estaré entre las dos marcas. Llegar al 35 es mi próxima meta, voy bien de dolores, de ánimos y, aunque me siento capaz de apretar un poco, no tengo ganas de sufrir por mejorar un minuto o dos, así que a disfrutar. Incluso me permito el lujo de caminar durante el avituallamiento del 35 y del 40 para beber bien. Llegando al 38, cerca de Atocha, recibimos los ánimos de un espectador al que no le deseo lo mejor, jejeje. El tío nos dice, "Vamos, que ya solo les queda lo peor"... no comments. Efectivamente, del 38 a meta, la carretera pica bastante para arriba, pero vamos al golpito, sin obsesionarnos con subir. Llegando al 41, al final de la última cuesta, nos encontramos a Pilar (mi suegra) y Bea (mi cuñada) que nos insuflan los últimos gramos de ánimos para llegar. Apretamos los últimos 200 metros para bajar de 3h40 y llegamos a meta juntos César y yo.


Paso la línea de meta y las sensaciones son muy buenas, no tengo las pulsaciones altas y no tengo excesivos dolores. Lo único que me molesta un poco es el estómago, de tantos geles, sales y agua que hemos tomado. En meta están Valentín, Pilar y Bea. Hablamos un rato y para el hotel, que es el mejor sitio para relajarse, ducharse y ponerse guapo para el almuerzo, ya que teníamos intención de celebrarlo por todo lo alto.


Al final resultó que un maratón es muy duro y que por la tarde no pudimos rendir mucho. Aún así, llegamos al hotel a las 23.00 sin haber parado de ir de un lugar para otro en toda la tarde. Comida y cerveza nuestra dieta para celebrar nuestro primer maratón. A ver los que caen a partir de ahora.


-- Desde Mi iPad

No hay comentarios: