lunes, 7 de marzo de 2011

Crónica de la TransGranCanaria 2011

Nos planteamos seguirla, sin agobios y disfrutando de lo que se podía. Y así fue. El viernes por la noche salimos de Telde hacia Playa del Inglés. Paramos en Vecindario para cenar y sobre las 22.15 estábamos en la zona de la salida. Allí estuvimos con César, Luis, Pipo, Fer y Carlos, que iban a hacer la carrera juntos y estaban allí cenando. A medida que se acercaba la hora de la salida (00.00) iban apareciendo más y más corredores. Al estar tanto tiempo antes de la salida, pudimos ver los momentos previos de muchos corredores y el crecimiento de los nervios a medida que se iba acercando la hora de la salida que fue bastante emocionante.







Después de la salida nos dirigimos en coche a ver a los corredores por en medio de canal que conduce el cauce del barranco. En ese momento llevarían no más de 10 kms. de carrera y ya habían dejado atrás la arena de la Playa del Inglés. Impresiona ver a todos los corredores, con la soledad de la noche, sabiendo que les esperan unas 7 horas para amanecer.



El siguiente punto en nuestro camino fue el Punto de Control de Ayagaures. Allí había avituallamiento para los corredores. Para ellos era el kilómetro 30. Eran cerca de las 3 de la mañana y ya hacía bastante frío. Para nosotros fue el momento más impresionante de la prueba. En mitad de la noche, totalmente a oscuras, se comienzan a divisar pequeñas luces de los frontales de los corredores bajando de la montaña y acercándose al Punto de Control. Lo dicho, impresionante.







Nos encantó esa zona de Ayagaures para ver la carrera. El problema es que no había cobertura, y yo estaba de guardia, por lo que solo pudimos estar 1 hora, lo justo para ver a los primeros pasar. Nuestro siguiente punto fue Tunte, bajamos hasta Playa del Inglés y subimos por Fataga. Ya en esta subida empezó a llover y la temperatura empezó a descender. Llegamos a Tunte sobre las 4.15 de la mañana. Los primeros ya habían pasado y decidimos dormir en el coche durante una hora. Sobre las 5 me bajé para acercarme a la Plaza de Tunte, lugar del avituallamiento. No paraba de llover, hacía bastante frío y había muchos corredores con problemas. Aguanté muy poquito bajo la carpa de toma de tiempos y me fui de nuevo al coche. Dadas las circunstancias, decidimos movernos hasta el Roque Nublo y esperar allí a que amaneciera.





Llegamos al Roque Nublo poco antes de las 7 de la mañana, sin amanecer todavía y con 2ºC. Allí estuvimos esperando sobre 1 hora y pico hasta que decidí salir unos 40 minutos a ver si veía aparacer a los primeros. Esta zona solo es recorrida por los corredores de la Trans 123, ya que los demás no hacen esta parte. Pocas fotos pude hacer, por lo que tomamos camino hacia el siguiente punto, El Garañón.








En el Garañón había un punto de control para los corredores de las dos carreras más largas y sería el lugar de la salida de la TransMaratón, carrera de 42 kms. que tuvo a muchos atletas en la salida. Ya no llovía, pero seguía haciendo un frío considerable. Aquí nos enteramos que la noche había causado estragos y que en Tunte habían abandonado muchos corredores. Se hablaba de entre 40 y 50, entre ellos Fer que no pudo con el frío. Nos encontramos con él en El Garañón y ya estaba bastante recuperado.







Después de ver la salida de la TransMaratón y de esperar un rato a ver si llegaban nuestros amigos, nos dirigimos hacia Teror, siguiente punto de control y lugar de la salida de la Trans Starter, modalidad de 24 kms. que tuvo a más de 500 atletas en la salida. Desgraciadamente no llegamos a tiempo. Allí aprovechamos para desayunar nosotros y nos quedamos hasta las 15.00 horas viendo a toda la gente pasar. En este punto de control fue el lugar donde pasamos más tiempo y veíamos a toda la gente llegando después de más de 85 kms. de carrera.








Ya solo nos quedaba la meta, así que bajamos hasta Las Canteras. El tiempo había vuelto a empeorar y llovía muy fuerte a rachas y hacía bastante viento. En una de éstas, cayó un palo de agua impresionante que nos empapó y el viento tiró la carpa que usábamos para refugiarnos. Siendo las 18.00, empapados y tiritando, pensamos que era el mejor momento para dar por finalizada nuestra aventura. Una pena porque no pudimos ver entrar en meta a nuestros amigos.





Ha sido un fin de semana bastante duro, ya que nos pasamos el domingo en casa descansando de la paliza que nos habíamos pegado. Pero nos ha encantado seguir la prueba y ver los límites de la mente en muchos corredores. Por otro lado, también nos ha parecido increíble la organización, ya que, desde fuera, nos ha parecido que no ha faltado nada. Esperamos que The North Face siga manteniendo el patrocinio de la prueba y que el año que viene se vuelva a batir el récord de participación que se ha roto en 2011.


PD: También hemos publicado fotos en Facebook que pueden ver todos aquí.

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